En el Departamento de Nariño, se viven a diario las más profundas escenas de pobreza, marginalidad y abandono. Situación que se presenta no sólo por ser una zona alejada del centro del país, sino por la mezquindad de su clase dirigente y por la poca atención del Gobierno Nacional.
Nuestro Departamento es escenario de una cruda violencia, consecuencia de la proliferación de actividades ilícitas a través del narcotráfico, que favorecen el fortalecimiento de grupos delincuenciales que encuentran en estas actividades, el combustible para imponer sus objetivos de poder y muerte.
En Nariño se han perdido las esperanzas de sustento en actividades productivas, las que históricamente brindaban grandes oportunidades a través del cultivo de la tierra, en especial cultivos de cebada, trigo, papa, hortalizas, caña panelera, plátanos y frutales, además de las excelentes oportunidades que ofrecía la ganadería en la producción de carne y leche. Hoy, esto es historia, ya que nuestros campesinos han sido reclutados y desplazados a actividades ilegales, situación que profundiza cada vez más la crisis aumentando la zozobra en nuestra sociedad.
que busquen a través de la construcción colectiva de una agenda legislativa regional, la promoción de cambios profundos en temas álgidos para el Departamento de Nariño
Ante este panorama desalentador, unido a las nefastas consecuencias de una pandemia que aún nos azota, el escenario se vuelve cada vez más oscuro, con las actuaciones poco efectivas de nuestros dirigentes, que lastimosamente en los últimos tiempos sólo destacan por su protagonismo en escándalos de politiquería y corrupción, alejándose cada vez más, de su responsabilidad en la defensa de los derechos de nuestra sociedad.
Es por esto, que en Nariño, se viene gestando por diferentes sectores de la sociedad, como: estudiantes, organizaciones sociales de mujeres, ambientalistas, indígenas y campesinos, una Unidad Regional en defensa de la paz y la democracia, que permita junto con partidos políticos de izquierda, democráticos y progresistas, la búsqueda de alternativas que nos lleven a cambiar el actual esquema de representación a nivel regional y nacional, que busquen a través de la construcción colectiva de una agenda legislativa regional, la promoción de cambios profundos en temas álgidos para el Departamento de Nariño.
El Pasado fin de semana se dio inicio a esa unidad de voluntades, y se ve con optimismo este impulso, que de consolidarse mostrará con seguridad un camino de verdadero cambio en las prácticas políticas y en la materialización de propuestas que defiendan a nuestra región y que promuevan su crecimiento en favor de un desarrollo sostenible y productivo. Solo así se verá una luz en el camino que nos lleve por senderos firmes. Es el momento de la unidad.
La ciudadanía quiere y pide a gritos cambios profundos, para tener la ilusión de un futuro mejor, es por eso que se manifiesta en las calles y en las redes sociales, con diferentes expresiones para decir ¡basta!, ¡ya no más!, ante quienes hoy, con sus nefastas acciones, tienen a nuestro Departamento en un completo abandono.