En los últimos días se escucha con frecuencia y con gran vehemencia por parte de muchos colombianos, en especial de los jóvenes, un grito que refleja que la indignación crece y que el pueblo está cansado de tantas injusticias. En las movilizaciones diarias a lo largo y ancho de país, la gente grita al unísono A PARAR PARA AVANZAR.
Jairo Otero Eraso
Desde el pueblo más pequeño hasta las grandes capitales del país, con un canto al inconformismo, de rabia y de invitación a recorrer caminos de cambio y de lucha. Este grito de esperanza, nos da la fuerza para entender que hay que parar, si, ¡PARAR! y decir no más. El pueblo hoy guiado por el ímpetu de los jóvenes, también quiere juntar sus voces para decir vamos a parar.
Pero esta no debe ser una frase de cajón solamente para motivar las movilizaciones, sino que su significado debe ir a la efectividad de los resultados que hoy espera el pueblo colombiano; y es que hoy los jóvenes, los trabajadores, los campesinos, los asalariados, los estudiantes y la sociedad en general, deben parar, reflexionar y avanzar. Hoy más que nunca esa reflexión nos debe llevar a cambiar de una vez por todas este país corrupto, este país acostumbrado a brindar privilegios a unos pocos. Debemos parar y así avanzar hacia un cambio real.
El pueblo quiere y pide a gritos cambios urgentes y profundos y por eso hoy marcha y se moviliza, pero necesita parar para conocer quiénes son los que vienen desangrando al país, necesita desenmascararlos, identificarlos y decirles Ni un voto más por ustedes, que nos han llevado por años a esta horrible noche por la que hoy estamos pasando, ¡no más señores!, sus abusos ya tocaron fondo, es hora de renovar, vamos por un cambio de representatividad real, que permita llevar a hombres y mujeres capaces de hacer esos cambios que hoy el pueblo está pidiendo a través de instituciones renovadas, para que sean estas instrumentos de una real transformación.
Es esta la oportunidad de utilizar el arma más letal para combatir esta irracionalidad del gobierno y de sus dirigentes, anclados en la cámara y el senado desde hace décadas: EL VOTO, un voto nuevo, libre y efectivo, hoy debemos parar para averiguar dónde estamos inscritos, donde debemos votar y ayudar a que muchos por primera vez tomen en serio este sublime deber ciudadano y que significa el poder del pueblo. VOTAR bien, parar y hacer la pedagogía, para que esos votos sean efectivos y contundentes.
Se puede cambiar al capitán del barco, pero si no cambiamos la tripulación, iremos directo al naufragio. Así que jóvenes, en sus manos esta, el que hagamos ese alto en el camino, parar y avanzar hacia lo que hoy pedimos: renovación y cambio. El momento es ahora.