“Marcelo Odebrecht: «Yo no he corrompido a nadie, ellos ya eran corruptos cuando los conocí»”.
Harold Ruiz Moreno.
Sumado a la tragedia humanitaria que vive el país como consecuencia del conflicto armado, se constituye la corrupción que ha acompañado a la clase política tradicional que combinando su terror y miedo se alza con los recursos públicos sin ningún pudor o recató de vergüenza. El gobierno autoritario e incapaz del binomio Uribe-Duque se vendieron como el gobierno que no recurrirá a la mermelada y con bombos y platillos acuñaron la frase de que “el que la hace la paga”, que a la postre fue flor de un día.
Pero después de tres años de este autoritario gobierno se manifiesta que matan y comen del muerto como se afirma popularmente, no es de entrañar el ingenio y la desfachatez cuando de robar el presupuesto público se trata, para ellos lo qué pasó con casos de corrupción como foncolpuertos, la Dian, Estupefacientes, Reficar, Navelena, y odebrechet es un juego de niños, sin rubor recibieron los sobornos de esta empresa brasileña, no sólo se llevaron los dólares, sino que cuando se atrevieron a investigar los sobornos, aparecieron “los suicidios” como los ocurridos con el padre e hijo de los Sres. Pizanos.
Es normal que el embajador Sanclemente tenga en las goteras de Bogotá laboratorios de cocaína y nada le pase, que la campaña del presidente Iván Duque y Marta Lucia Ramírez sea financiada por el narcotráfico del Ñeñe Hernández o el Memo fantasma o que aprovechándose de la pandemia del covid19 se le entregue billones pesos al voraz y perverso sistema financiero o que la UNGRD compre hasta por el doble valor los mercados que se entregaron en la pandemia o que sea un tema de seguridad de estado la compra de las vacunas por esta entidad, que igual ha sido indolente con la tragedia invernal de la isla de San Andrés y Providencia.
Es costumbre en el país cada día enterarnos de la existencia de los carteles, el del cemento o el de los pañales, el de la hemofilia, o lo más criminal como el robo diario de los alimentos de los niños con los contratos del PAE, se pueden robar miles de millones y cuando los “investigan” terminan “pagando irrisorias penas y con arresto domiciliario.
Y qué decir de lo que ocurre con los trúhanes de la salud, que han hecho el más de los lucrativos negocios con los recursos públicos de la salud, mientras millares de pacientes mueren diariamente por la falta de atención y los pacientes que logran una regular atención lo consiguen por las sentencias de tutela, porque en Colombia el “mejor médico es él Juez.
No se sonrojan, los recursos públicos son la caja menor de las campañas políticas, le entregan la conectividad de los niños de la Colombia profunda a corruptos del cartel de los Char, con documentación falsa, firmaron contrato de más de un Billón de pesos con bribones que se robaron 70 mil millones de “anticipo”, con la completa complicidad del Mintic y la ministra preferida por el presidente Duque y el clan Char, Karen Abudinen a quien le salimos a deber, en este negociado que por fortuna el país lo conoció gracias al periodismo de investigación liderando en este caso por la periodista Paola Herrera.
La nación enfrenta el reto de quitarles el presupuesto público a los mercaderes que han mal gobernado el país y colocarlo para resolver la problemática social de los mas necesitados, contribuyendo en la construcción de un proyecto colectivo de nación que enfrente a estos corruptos para no seguir lamentándonos de que Colombia es el país más corrupto del mundo y de que se robe más de 50 billones al año, la tarea sólo se pude enfrentar con la unidad de los alternativos, empecemos YA.